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Channel: Barcelona – El Blog de Renfe

5 motivos por los que el Ave cambió mi vida… laboral

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¿Qué hora debe ser? Aún es de noche pero me levanto y empiezo con la rutina matinal. Eso sí,  levitando por casa como Spiderman para no despertar al resto de la familia (creedme si os digo que es una habilidad de las madres levitar por casa para no despertar a los peques). Una vez salgo de casa con la maleta, el ordenador, el bolso, – que aunque me vaya sola por trabajo, no lo vacío de toallitas, muñecos y galletas- y me dirijo a Madrid. Esta es una de mis rutinas desde hace años.

Empecé a viajar por trabajo desde los veintimuypocos años, y normalmente lo hacía en Puente Aéreo, donde era un rara avis encontrar a una veinteañera con cara risueña e ilusión por el primer trabajo entre tanto “traje y corbata y cara seria” pero desde 2008 aposté por el Ave…

Un paréntesis

Sales de Sants y el paisaje es más bien gris para pasar al verde de los bosques de pinos, hasta salir de un túnel y encontrarte en mitad de la niebla de Lérida que da paso a los Monegros y poco a poco reaparece el verde pasando por las distintas tonalidades de ocres y marrones.

Y si decido encender el ordenador o revisar los emails, tengo que luchar para no mirar por la ventana y preguntarme si ¿Podría subir a ese monte? ¿Hacia dónde llevará ese caminito sinuoso de tierra? ¿Quién empezó a andarlo teniendo en cuenta que si levanto la vista no hay señales de vida a su alrededor? ¿Quién vivirá en esa aldea que se ve al fondo en el horizonte? 

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Pero la verdad es que para mí, hacer el trayecto el tren es un paréntesis de al menos 2,30 horas antes o después de un día intenso donde mi imaginación vuela viendo los distintos colores pasar. Y últimamente, me encanta descubrir la versión moderna de los molinos de viento… y entonces me imagino la conversación entre Sancho Panza y Don Quijote ante tal ejército de molinos….

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5 razones objetivas para optar por el tren:

  1. Sé exactamente cuánto tiempo voy a tardar en llegar al centro de Madrid, y eso hace que pueda aprovechar mi tiempo, lo cual para una madre trabajadora autónoma como yo es muy, pero que muy importante: confieso que alguna vez he cogido un Ave con llegada a las 9:10 horas y tener una reunión a las 9:30 horas… eso sí que es Time Saving.
  2. Cuando me toca madrugar para estar temprano en Madrid (habitualmente), puedo mantenerme en una especie de vigilia aletargada en el taxi hasta Sants para seguir durmiendo cómodamente en el tren.
  3. Si no puedo dormir porque tengo que trabajar (os lo recuerdo, soy autónoma, los autónomos nunca dormimos), puedo hacerlo durante todo el trayecto. Aprovechando cada minuto.
  4. Si tengo la suerte de que no he tenido que madrugar y no necesito trabajar en el tren (alguna vez ocurre…) puedo disfrutar del paisaje, me relaja muchísimo simplemente ver pasar los Monegros por la ventana.
  5. Y en general, subir a un tren me hace sentir que voy a iniciar una gran aventura y no simplemente otro viaje laboral. Y si no acordaos de Julie Delpy y Ethan Hawke en “Antes del amanecer”.

Así que, hacedme caso y no lo dudéis: ¡poned un Ave en vuestras vidas…laborales!

Autoras: Natalia Armstrong es Responsable de Comunicación Externa de Novartis Farmacéutica España / Ana Giménez Plaza es Consultora de Investigación cualitativa en GPlace.


El tren cremallera de Montserrat: un viaje a través de la naturaleza

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A tan sólo 30 km del centro de Barcelona se encuentra uno de los parajes más visitados de Cataluña; Montserrat. Su peculiar morfología y su increíble parque natural no pasan desapercibidos. Pero, en realidad, su curiosa forma es el resultado de un proceso geológico de hace 50 millones de años. En su origen, Montserrat fue un golfo marino sumergido.

Montserrat se hizo muy popular por la leyenda de la aparición de la virgen, conocida popularmente como “La Moreneta”, en una cueva. Este suceso impresionó tanto al obispo de Manresa que mandó construir una ermita, el actual monasterio.  Desde entonces, Montserrat conquistó a miles de peregrinos y devotos a finales del siglo XIX, pero el mal acceso a la montaña hizo que se apostara por una alternativa más rápida y cómoda: el tren.

El tren cremallera se inauguró en 1892, era un ferrocarril de vapor que unía el municipio de Monistrol, que se encuentra en la parte baja de la montaña, con Montserrat. Sin embargo, años después esta línea, una de las más populares de Cataluña, estuvo afectada por una crisis financiera de la compañía, la Guerra y un desafortunado accidente que provocó su cierre en 1953. En 2003 se volvió a inaugurar la línea, tal y como la conocemos ahora.

Tren cremallera y funicular

¿Cómo llegar al tren cremallera?

Se puede acceder a Montserrat desde pleno centro de la ciudad condal, en la estación Pl. Espanya, línea R5 hasta la estación de Monistrol de Montserrat, ahí cogerás el tren cremallera que te subirá hasta la montaña.

El billete de este tren sólo se puede adquirir en la estación de Monistrol-Vila, pero si quieres la combinación de tren + tren cremallera puedes comprarlo en las estaciones de la línea Llobregat- Anoia. La frecuencia habitual de este tren es de 20 minutos.

Una vez arriba, podrás disfrutar de una panorámica espectacular, además tienes la opción de realizar diferentes actividades como: senderismo, escalada, visitar el museo… Puedes consultar toda la información en la web oficial.

Asimismo, al lado del monasterio se encuentran los funiculares de Sant Joan y el de Santa Cova. El primero, sube hasta 1.000 metros de altitud sobre el nivel del mar para disfrutar de unas vistas incomparables. Además, en la cima hay diferentes rutas e itinerarios que se adaptan a todos los públicos. El segundo, el funicular de Santa Cova, une el santuario con la cueva. Los billetes se venden exclusivamente en las estaciones de los funiculares.

Desde el funicular de Sant Joan

¡Si visitas la ciudad condal, debes acercarte al Parque Natural de Montserrat!

Texto y Fotografías: Raquel Bravo de Medina es Periodista

Consulta más opciones para visitar Montserrat en el tren cremallera aquí.

Ruta por ciudades en las que vale la pena bajar y esperar otro Ave: Barcelona

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Cuando viajamos en tren, la mayoría de nosotros  pensamos en el tiempo que falta para llegar a nuestro destino. Lo queremos todo ya y ahora, y durante el trayecto de mi viaje Barcelona (Sants) – Madrid (Atocha) lo pude comprobar.  Es increíble cómo podemos llegar a Madrid desde Barcelona en tan solo 3 horas y 10 minutos (como mucho), y aún así no podemos evitar mirar el reloj o preguntar al compañero eso de: ¿Falta mucho? En mi caso, el trayecto se me pasó volando, ya que me puse a pensar en la ruta que estábamos haciendo para llegar a nuestro destino y en las ciudades por las que estábamos pasando. Y de ahí surgen esta serie de post, en los que me gustaría daros a conocer ciudades catalanas por las que pasa el Ave Barcelona – Madrid.

 Barcelona

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La primera parada de nuestra ruta será Barcelona, la ciudad de donde partiremos desde la Estació de Sants. Si tenéis la oportunidad de poder pasar un par de días en la capital catalana, no podéis dejar pasar la ocasión de visitar los siguientes lugares:

La Sagrada Familia

Conocida internacionalmente por ser una de las construcciones más universales y visitadas de Antoni Gaudí. En cuanto sales del Metro (L5, línea azul, parada: Sagrada Familia) y te la encuentras de frente, te sientes muy pequeño. Pequeño ante tanto arte que lleva tantos años permaneciendo y en constante construcción para lograr finalizarla tal y como el famoso arquitecto hubiera querido.

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Es uno de los lugares más turísticos de la ciudad condal, y no es para menos. Si la veis por fuera, alucinaréis. Pero si además entráis dentro de la Basílica (Son 29 euros en la web oficial, aunque siempre hay ofertas en páginas de actividades turísticas), os enamoraréis.

Búnquers del Carmel 

Este es un lugar que ha ido ganando fama a medida que los propios habitantes de la ciudad lo han ido descubriendo. Se trata de un mirador que guarda restos de una batería antiaérea de la Guerra Civil Española. Las vistas desde allí son impresionantes. Y si lo visitas de noche… ¡alucinas! Si os gusta la fotografía, este es sin duda uno de los lugares que tenéis que visitar sin falta. Podéis llegar hasta allí con el autobús V17 y si andáis unos 3 minutos, ya habréis llegado. ¡Muy recomendable y…GRATIS!

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Jardines de Mossèn Costa i Llobera
 

Uno de los sitios menos conocidos y más bonitos de la ciudad. Se encuentra en la montaña de Montjuic (la parte del Palau Sant Jordi es la más conocida), por la parte trasera. Se puede llegar con el autobús 150 (parada: Jardines de Miramar), y allí podréis explorar la zona. Lo más destacable es el Hotel Miramar, uno de los mejores de la ciudad. Y luego, los Jardines. Llaman especialmente la atención porque no son jardines convencionales, ya que lo que más predomina es la presencia de cactus, ¡de todo tipo! Además de los jardines, también podréis disfrutar de un mirador con vistas al puerto de Barcelona. Si vais… ¡No os arrepentiréis!

Portal de l’Àngel 

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Situado en pleno centro de Barcelona (al lado de las Ramblas y Plaza de Cataluña) es uno de los ejes comerciales de la ciudad. Allí podréis encontrar todas las tiendas que os podáis imaginar. Además, si os metéis por callejuelas adyacentes, encontraréis la Catedral, el Ayuntamiento, el Barrio Gótico y… ¡muchas más sorpresas!

Restaurante – Can Culleretes 

Y por último, no podía faltar una recomendación gastronómica. Este restaurante es el más antiguo de Barcelona. Tiene una decoración muy peculiar y una carta de lo más tradicional. A pesar de su fama y sus más de dos siglos de historia, el precio de sus menús no es nada caro y la calidad es espectacular. Personalmente, os recomiendo los canelones de la casa, ¡son una de sus especialidades!

Si queréis seguid mis recomendaciones sobre Tarragona, ¡estad atentos!, en unos días vuelvo a estar por aquí.

Belena Gaynor es Youtuber e Influencer / http://belenagaynor.com/

Más información para viajar a Barcelona aquí.

Los robots también viajan en tren

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Está claro que la tecnología está cada vez más en nuestro día a día y  es cada vez más fácil  moverse en un mundo lleno de bits. Ya no hablamos sólo de la tecnología sino de la robótica que nos ayuda a interactuar con toda la electrónica que nos rodea. Y es que son una ayuda más.  Y Pepper…  es un ayudante de lo más electrónico y  servicial.

ESADE Business & Law School trasladó parte de su campus a 4 Years From Now (4YFN), una feria líder en innovación y emprendimiento empresarial que tiene lugar en el marco del Mobile World Congress (MWC) y, para desarrollar su actividad, éste humanoide dio clases a los alumnos.

Pero antes de llegar al espacio 4YFN, Pepper ha llegado en Ave desde Madrid:

Además, para resaltar los últimos desarrollos de la innovación educativa de la escuela, ESADE acogerá una demostración de una experiencia educativa robotizada, con un robot (Pepper) que actuará como asistente de profesor.

Renfe, en el marco de su proyecto de innovación y desarrollo permite consultar, comprar y acceder a los trenes Ave y Larga Distancia todo desde los dispositivos móviles. Además, desde 2017, también se puede realizar la compra de billete de Cercanías pagando a través del teléfono móvil.

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Anabel Arévalo es Periodista

Un billete solo a Barcelona, gracias

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Y tras la primera entrega de ´Viaje a Sevilla con niños en tren, sí gracias´, llega ´Un billete solo a Barcelona, gracias´. Es necesario hacer de vez en cuando un viaje sola, de soltera, o single como dicen ahora, a donde sea, ya sea para enriquecerse realmente de la cultura, el turismo, el ocio, la gastronomía, ir de compras, o simplemente pasear sola consigo misma sin niños, incluso sin pareja, no por nada, sino porque una se va más tranquila cuando los niños se quedan con el papi sin tener que recurrir de nuevo a los amables abuelos a los que  tenemos ya cansados entre semana. ¿Y por qué no pasar aunque solo sean 48 horas justas fuera de casa sola sin hijos? Así que aprovechando que tengo unos buenos amigos en Barcelona allí que me quería ir. Pero, ¿cómo iría? ¿Conducir yo sola casi 5 horas hasta allí? ¡Ah, no! ¡Qué aburrimiento (aquí es cuando se echa de menos a los niños) y qué cansancio…! Así que pensé, pues me cojo el tren. Compré mi billetito por Internet para mi ¡sola!, mucho más fácil para elegir asiento. Lo encontré para el viernes a las 17.53 horas, ¡perfecto!, y me fui a Logroño a por el Alvia que me pudiera llevar a la ciudad condal.

La pregunta aquí era, ¿Quién me va a tocar de compañero? Yo por si acaso cogí ventanilla, que a una mala, oye, una se distrae mirando por el horizonte, (y para qué engañarnos, con el móvil en mano se pasan horas y horas). Un viaje de 4 horas sin estar pendiente de los niños, de si se hacen pis, tienen hambre, se aburren, o simplemente quieren gritar o reñir para dejarte en ridículo! Uff… esa soledad tan ansiada en ocasiones…. ¡Qué bien! El viaje se me hizo rapidísimo, oí mi musiquita. Vi una peli, un poco mala, eso sí, pero me dio igual, porque nadie me dijo ‘mamá eso no me gusta, quítalo’.  Y yo creo que hasta me dormí. Y mi compañero de asiento (muy majo por cierto), hasta conversamos algo, iba a Barcelona por negocios! Y yo por ocio y sola! Qué envidia le dio! ´sana, me dijo, envidia sana´. Pero, ¿cuántos años hacía que no me daba un homenaje?

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Compañeros y recuerdos

Me encantó fijarme en las personas, volví a inventarme historias sobre las relaciones que podrían tener los acompañantes de viajes: ¿eran novios?, ¿hermanos?, ¿madre e hija? ¿amigas?, ¿hermanas?. Me encantó  mirar a los ojos a los que como yo viajaban en solitario. Incluso saludar a personas que no conocía de nada. Porque esto es algo que ya no se hace, cada uno con su móvil último modelo no se fija en nada más que en su pantalla. Y gracias a esos escasos minutos tuve un dejá vu, y me vi en el metro de Madrid en uno de tantos momentos de las miles de horas que pasé en ese transporte durante 5 años de mi vida inventando historietas, mirando a los ojos y saludando a gente que no conocía. Pero eso era hace más de 15 años, cuando no había casi cobertura en el metro.

Y volviendo a la realidad, reconozco que ese momento yendo a Barcelona en el tren solo ocurrió en unos segundos en los que se fue la cobertura de los móviles, y hubo un paréntesis de comunicación y de silencio. Después volvió todo a lo mismo, y todos volvieron a pegar los ojos a las pantallas de los aparatos de última generación. Yo no, yo seguía disfrutando de mis 48 horas (justas, justas) en soledad. Cuando llegué a Barcelona  eran las 22.09 horas y me esperaban mis dos amigos. Disfruté de la noche (solo un poquín), de la ciudad, la comida, la cultura, las compras, y de la noche otra vez el sábado, y de sus copas, claro (ainsss aparqué el vino Rioja, que mejor me hubiera sentado).

Así que al día siguiente, domingo ya, y a pesar del pelín de resaca (tampoco seamos exagerados) no me dio pereza volverme a mi Rioja, porque no tenía que coger el coche. Salí a las 14.10 horas, y en ese viaje de vuelta ya sí que no miré a nadie, solo dormí, (sin gritos, sin que nadie me molestase, sin tener que ir al baño cuando no lo necesitara). Llegó justo a las 17.50 horas. Había estado fuera de casa 48 horas justas justas (incluso le faltaron 3 minutos). Pero, cierto es que lo mejor de todo fue llegar a la estación de Logroño y ver a mi chico con mis niños. Esos abrazos y besos no los da nadie igual ni los suplen las miradas de desconocidos ni aún los buenos amigos. Así que, pensándolo mejor, voy a tener que irme alguna vez más sola, para darme cuenta de que lo que tengo y me espera es lo mejor del mundo.

Bárbara Moreno es Redactora en Noticias de La Rioja

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Escapada en tren al Modernismo catalán

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A lo largo de mi vida he visitado la ciudad de Barcelona por motivos laborales muchas veces, y me quedaba embelesada admirando las fachadas de preciosos edificios desde las ventanillas de un taxi que me llevaba con prisas a alguna reunión. Pero en esta ocasión me he tomado mi tiempo para visitar la ciudad, sin prisas y sola, con la compañía fiel de mi cámara de fotos.

El tren forma parte de mi viaje, salgo de la estación de Santa Justa en Sevilla temprano, me quedaban algunas horas para llegar a mi destino que pensaba disfrutar admirando el paisaje por la ventanilla sin otra obligación. Y así fue, antes de que me diera cuenta me encontraba en la Estación de Sants en Barcelona.

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El ir y venir incansable de viajeros te dan una idea de la importancia de Barcelona como ciudad turística y de negocios. La ventaja es que desde la estación puedes dirigirte a cualquier lugar de la ciudad con la linea de metro o a cualquier lugar de los alrededores en tren de cercanías o autobús.

Mi intención esta vez era dedicar mi tiempo a conocer los edificios y lugares más representativos del modernismo en la ciudad. El Modernismo es un movimiento artístico que tuvo lugar a finales del siglo XIX y principios del XX en Europa. Aunque la expresión más conocida del Modernismo la encontramos en la arquitectura, también influyó a otros ámbitos como las artes decorativas, la literatura o la música. Conocido en el resto de Europa como Art Noveau, Modern Style, Jugendstil.

En Cataluña fue un movimiento con mucha fuerza con arquitectos como Gaudí, Domènech i Montaner y Puig i Cadafalch, que  hicieron de Barcelona la capital mundial del Modernismo.

120 lugares por descubrir

El modernismo caló tanto en la ciudad que dejó huella en impresionantes casas y palacios, en el templo símbolo de la ciudad y en un inmenso hospital. Y también dejó su impronta en obras más populares y cotidianas, como farmacias, comercios, tiendas, farolas o bancos, hasta un total de 120 obras que demuestran que el Modernismo arraigó con fuerza en Barcelona y que aún hoy es un arte vivo.

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Imposible abarcar tanto modernismo en una visita, pero sí me dio tiempo a pasear por “la isla o manzana de la discordia”, donde cinco edificios: la Casa Lleó Morera de Lluís Domènech i Montaner, la Casa Mulleras de Enric Sagnier, la Casa Bonet de Marceliano Coquillat, la Casa Amatller de Josep Puig i Cadafalch y la Casa Batlló de Antoni Gaudí compitieron cuando se estaban construyendo y compiten hoy en día por ser la más bella.

Otros de los lugares que pude visitar fue el Recinto modernista de San Pau, que fue el antiguo Hospital de la Santa Creu i Sant Pau. No es de los lugares más conocidos en Barcelona y no entiendo porqué, porque es verdaderamente impresionante. Fue diseñado por Lluís Domènech i Montaner, lo forman varios de los pabellones que Lluís Domènech i Montaner diseñó para que fueran utilizados en diferentes especialidades de la medicina rodeados de un jardín y comunicados por pasillos subterráneos.

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Lugares como la Casa de los Punxes, el Palacio de Gaudí, el parque Guell, o cafés como el Café de la Ópera o tiendas centenarias como Escribá son lugares que no debes perderte si quieres conocer este estilo arquitectónico tan especial. Así hasta 120 lugares modernistas.

Texto y Fotografías: Mar Villalba Vega es autora del blog de viajes Mi ruta

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Rodalies: 4 escapadas de fin de semana

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Cuando uno piensa en viajes en tren en España, enseguida le vienen a la cabeza los destinos Ave. Grandes ciudades situadas a cientos de kilómetros, que el tren de Alta Velocidad nos acerca a unas pocas horas. Sin embargo, en este caso os vamos a hablar de cuatro poblaciones que se pueden visitar en un día desde Barcelona y que gracias a Rodalies tenemos a menos de una hora de la capital catalana. Vamos a ellos.

Sitges

Sitges, en la costa del Garraf, fue un destino privilegiado por la burguesía catalana de finales del siglo XIX y principios del XX. Fue una época en que las mansiones de tinte modernista proliferaron a lo largo y ancho de la población. Cien años más tarde, situada a unos 30 minutos de Barcelona y de fácil acceso en tren de cercanías, supone una excelente válvula de escape para los ciudadanos de la capital catalana. Pasear por su frente marítimo hasta la medieval iglesia de San Bartomeu sigue siendo una delicia. Como también lo es perderse por su entramado urbano para ir descubriendo bellas mansiones centenarias o visitar alguno de sus afamados museos. Entre los de imprescindible visita resulta el Cau Ferrat, fundado por el artista Santiago Rusiñol en 1893 y que aúna una colección de lo más heterogénea, que incluye parte de su obra, pero también lienzos de artistas de la talla de Zuloaga, el Greco o Picasso.

No menos interesante resulta el Palau Maricel, joya novecentista de principios del siglo XX. El Museo Maricel adjunto aúna una muestra pictórica que nos propone un viaje desde el románico hasta el siglo XX y donde pintores como Madrazo, Fortuny, Rusiñol o Casas están ampliamente representados.

Mataró

Mataró sube enteros año tras año en el panorama turístico. A la remodelación de su frente marítimo, con su estupenda playa del Varador, se une una oferta cultural y gastronómica cada vez más generosa. De Mataró era originario uno de los tres espadas del modernismo catalán: Puig i Cadafalch. Es por ello que en esta población podemos encontrar algunas de sus primeras y más notables obras, incluida la Casa Coll i Regás, el mercado del Rengle o la renovada tienda La Confianza. 

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Los amantes del mundo romano tienen en la Villa Romama de Torre Llauder una visita inexcusable y gratuita cada sábado. Además, no os podéis perder una visita guiada a la Capilla del Dolors de la Basílica de Santa María. Está considerada una maravilla del barroco catalán.

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Canet de Mar

Ni una hora de trayecto separan Plaza Cataluña de la villa marinera de Canet de Mar, otra pequeña población de la Costa del Maresme. Los lazos familiares llevaros al arquitecto Lluís Domènech i Muntaner hasta Canet de Mar, a finales del siglo XIX. Es por ello que el responsable de diseñar el Hospital de Sant Pau y el Palau de la Música Catalana reformó en este pequeño pueblo un edificio esquinero que convirtió en vivienda familiar. Hoy la Casa Domènech i Montaner, convertida en museo, nos acerca a la vida y obra de este genio del modernismo.

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Pero no es este el único palacete modernista de la villa. Indispensable resulta la Casa Roura, hoy sede de un apetecible restaurante, o el Ateneu Canetenc, también de Domènech i Muntaner y que en la actualidad desempeña las funciones de biblioteca municipal.

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Otra visita que merece mucho la pena es la del Castillo de Santa Florentina, medieval y que el propio Domènech reformó con tintes modernistas y que se convirtió en plató para alguna de las escenas de la afamada serie Juego de Tronos.

Terrasa

La línea R4 nos lleva desde Barcelona hasta Terrasa, la ciudad surgida de la antigua Egara romama y capital (compartida con Sabadell) de la comarca del Vallés Oriental. Las propuestas que esta ciudad ofrece son casi infinitas. Una de las más interesantes es el conjunto de las iglesias de San Pedro, sede episcopal hace más de mil años y uno de los más importante edificios prerománicos que encontramos en la península ibérica. Hasta el punto de que el conjunto inició su candidatura para ser inscrita en la Lista del Patrimonio Mundial de la UNESCO. Actualmente forma parte de la Lista Indicativa. No os perdáis sus maravillosas pinturas murales.

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No menos interesante resulta un paseo por su centro urbano, donde resultan de imprescindible visita el Museo de la Ciencia y la Técnica de Cataluña, o dos de los más maravillosos ejemplos del modernismo alzados fuera de Barcelona: la Masia Freixa y la Casa Alegre de Sagrera. Las reformas de estos edificios fueron llevadas a término por Lluís Muncunill, aventajado alumno de Domènech i Montaner.

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Es Terrasa una ciudad que vive este movimiento artístico con especial intensidad. Especialmente durante la anual feria modernista que cada año se celebra a mediados de mayo. La ciudad al completo se viste con sus mejores galas, con la ciudadanía disfrazada al modo de hace un siglo. Además, durante este día las visitas a los conjuntos museísticos son gratuitas y varias mansiones modernistas están abiertas al público.

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Desde luego, las propuestas para hacer turismo con Rodalies de Catalunya no terminan aquí. Las playas de Castelldefels o Calella pueden ser otras buenas alternativas, como también puede serlo la población de Sabadell. Como veis, no siempre hace falta hacer cientos de kilómetros para descubrir nuevos destinos.

Texto y Fotografías: Jordi Martínez es autor del blog de viajes y etnología Mil viatges

Consulta horarios y promociones para visitar maravillosos lugares a un paso de Rodalies de Catalunya aquí.





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